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El libro del automovilismo misionero observa entre sus páginas más importantes a Enrique Miguel Urrutia, más bien conocido como Quique, quien llegó al umbral de la Clase 2 nacional en 1985 y brilló en las principales categorías como el Club Argentino de Pilotos y el TC2000. En la Federación Misionera de Automovilismo, Urrutia logró seis títulos (Más 200cc Promocional en 1979, TN-Clase C en 1981, 2300cc en 1982, Fuerza Libre en 1983, TN Clase B en 1984 y TP-Clase 2 en 1987), marca que todavía no fue superada por ningún piloto.

“En aquella época no había autódromos y realmente aprendí a manejar en el barro. Antes no teníamos la posibilidad de tener un autódromo como los chicos ahora, donde te podés entrenar y correr todos los días. Nosotros corríamos una vez al mes. Me fui achicando de auto. Arranqué con un Falcon, después pasé a un Fiat y terminé en Misiones con un Fiat 128. En todas las categorías fui campeón y tengo que agradecerle a mis equipos. Siempre tuve al Mago de la Selva, como fue Ralf Haupt, quien realmente me guió y me hizo aprender muchas cosas”.

TURISMO NACIONAL

En 1985, el obereño, había alcanzado el subcampeonato de la Clase 2 del Turismo Nacional con un Fiat 128 preparado por el Tano Piatti. En aquella ocasión Quique no pudo con Ernesto Bessone (Padre), quien en la última fecha en Buenos Aires fue tercero. El obereño llegó sexto y en el torneo quedaron: Bessone 160 y Urrutia 146. “No pudimos cumplir una actuación como se merecían los misioneros, fue un campeonato soñado. Arrancamos en la quinta fecha con un muy buen inicio en Chaco, con lluvia y ganamos. Así hicimos un muy buen campeonato y llegamos a la última con chances y muy cerca de la familia Bessone”.

TC2000

Urrutia, con 72 carreras corridas, es el misionero con más presencias en el TC2000 junto a Carlitos Okulovich. Debutó en 1988 en Aldea Romana y se retiró de la categoría el 2002 en Oberá. En 1992 llegaba el Renault a la categoría y Quique corrió a bordo de uno de los Renault. Si bien los resultados en general de la temporada no fueron lo esperado (destacar que se trataba de un esfuerzo privado), Urrutia alcanzó el decimoséptimo lugar con 13 puntos al finalizar el año. Para quienes supongan que trece puntos son pocos, se debe recordar que en aquellos tiempos sólo sumaban puntos los diez primeros en la escala (20; 15; 12; 10; 8; 6; 4; 3; 2 y 1) y un total de 52 pilotos participaron en dicho campeonato, en el cual 32 al menos llegaron a sumar una unidad. El campeón fue Juan María Traverso en un recordado final con Ernesto Bessone en Tucumán.

Luego de varias temporadas se retiro de la categoría pero retorno cuando la categoría corría en el Autodromo de Oberá para a estar con amigos y divertirse o en carreras con invitados, o como en el 2013 en Oscar Cabalén de Córdoba cuando se produzco el retorno al automovilismo de varios pilotos históricos. El TC2000 fue la categoría más representativa para “Quique” y volvió a subirse a un auto, de esta época, y compartió el fin de semana con los colegas de otros años.

En mayo del 2009 el TC2000 visitó el Autodromo de Oberá junto con la monomarca Fiat Línea Competizione. Quique corrió junto a los Fiat, y, como si nunca se hubiera ido, mostró todo su manejo para alcanzar el podio podio ante su gente. “Mi intención no es volver a correr, yo solo me divertí y sumé mi granito a la fiesta del TC 2000. Siempre dije que hay que dejar paso a las nuevas generaciones, apoyarlo como directivos, desde abajo. Yo también quiero disfrutar de los asados al lado del alambrado. Yo ya cumplí una etapa, la carrera de hoy me hizo acordar cuando yo corría”.

SU RETIRO

En septiembre del 2009 anunció su retiro del automovilismo en una «Carrera de Invitados», valido por la séptima fecha del campeonato Misionero que se disputó en el autódromo de esta ciudad y donde corrió junto a su sobrino Gastón Garfrascoli. Emocionado por la plaqueta de reconocimiento que le entregó la Fe.M.A.D. y la Asociación Argentina de Volante el obereño dijo antes de largar la final: “No me voy del automovilismo, seguiré trabajando para que este deporte sea grande, todos saben cuanto me gusta el automovilismo, deseo que sigan trabajando para hacer de este un deporte para disfrutar, como hoy con los invitados, algo espectacular y espero se repita”. Luego fue presidente del Automóvil Club Oberá.

EN ESTOS DIAS

Aquellos que sintieron la adrenalina de la competencia saben que no es lo mismo estar dentro que afuera, pero la vida tiene sus momentos y desde cualquier lugar existe un punto de disfrute. Urrutia siempre se mostró sereno a la hora de competir y hoy camina el autódromo con la misma serenidad, aunque denota una incomparable expresión de satisfacción que revela el orgullo de ver a su hijo cumplir el sueño de correr en las competencias locales y seguir los pasos que su padre transitó en décadas pasadas.